Maryse Télégone Picard

Mi proyecto de escritura nació de un llamado de Dios que se manifestó en mi vida hace diez años, con el fin de llevar Su luz y transmitir Su mensaje de esperanza para la salvación de la humanidad, a través de Su Palabra. Bajo Su inspiración, fui guiada a concebir esta obra: En busca de los Portadores de Luz.

​

​

Esta recopilación cautivadora, compuesta por tres secciones, invita a explorar dimensiones espirituales a través de relatos temáticos inspirados en la vida cotidiana, vividos, observados o imaginados, que a veces rozan los límites de la lucidez.

​

​

En la primera sección, Las historias del mundo, exploro relatos profundos que cuestionan los valores universales: amor, perdón, respeto, fidelidad... tal como se encarnan en el mundo, arraigados en un pensamiento humanista en evolución. Estas historias ponen de relieve los límites y fallos de la naturaleza humana en un mundo imperfecto.

​

​

La segunda sección gira en torno a un fascinante relato de ciencia ficción: La historia de la Terdechue, que presenta un combate épico entre la luz y las tinieblas. El Salvador, el Cordero, por Su obra de redención, encarna un mensaje de esperanza para una humanidad en busca de salvación y del poder de recuperar el dominio del planeta Paradisurter, perdido desde su caída original.

​

​

Finalmente, en la tercera sección, Las historias de los Cristos, invito al lector a reconsiderar sus modos de pensar y razonar, y a descubrir el verdadero amor, confrontándolos con los valores del mundo evocadas en los relatos de la primera sección.

​

​

Esta obra, contracorriente a las tendencias actuales, resonará profundamente en los lectores que buscan sentido, consuelo y una luz en la oscuridad.

​

​

Diseño: Las ilustraciones fueron realizadas por el pintor naïf VALLARDO CHAVEZ, ganador del primer premio de la exposición La moneda mundial de Italia.

Su obra es especialmente reconocida en América Latina, Italia, Suiza, el Reino Unido y Francia.

​

​

Público objetivo: este libro se dirige a personas de todas las edades, especialmente a quienes atraviesan pruebas y sufrimientos, en prisión, en el hospital o en la calle, así como a quienes padecen el mal de vivir o sufren una gran angustia interior.

También lo dedico a la joven generación escolarizada y estudiantil, así como a quienes se interrogan sobre el sentido de su existencia y dudan de la existencia de Dios.

​

​

Por último, se dirige a todos aquellos que necesitan liberación, que aspiran a una renovación de mentalidad y a ser poderosamente bendecidos.